jueves, 22 de enero de 2015

Los recientes informes de la Policía Nacional revelan que grupos formados por policías y militares estarían detrás de algunas masacres perpetradas en los últimos días, y era de esperarse.
El sistema de seguridad ciudadana esta dando su ancho desde ya algunos años pero lamentablemente se hace poco o nada, mientras la población vive en carne propia el golpe de la delincuencia.
Se debate si sacar a la calle a la Fuerza Armada, y algunos políticos dicen que no es necesario porque el aparato de justicia puede controlar la ola de violencia, el problema es que ellos miran este fenómeno de lejos, y lo digo así porque aunque ellos son los encargados de crear estrategias para el combate, no están en el terreno, simplemente se dedican a registrar en la larga estadísticas de ilícitos que se comenten a diario, lo que al vecino o al familiar le pueda pasar al salir de casa.
La realidad es que nuestro país ya se puede catalogar como un estado fallido donde la corrupción a alcanzado grados alarmantes, en donde el ranking global de delincuencia ubica a El Salvador como el país más violento del mundo. Vivimos en un país donde día a día somos sobrevivientes y en donde las leyes necesitan actualizarse y en donde el fiscal abra su mente a una visión de mundo y no una visión partidista.
Si se necesita la Pena de Muerte para los asesinos o no, es algo que solo el tiempo se encargará de demostrarlo, pero usted amigo lector tiene el poder para exigirle a esos "padres de la patria" que aprueben leyes que permitan perseguir al delito y contrarrestarlo. Si queremos un país libre de delincuencia empecemos por quitar a esos diputados que tienen una mentalidad jurásica todavía y abramos paso a los jóvenes que pueden tener una visión diferente.

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