viernes, 30 de enero de 2015

La educación temprana de nuestros niños se lleva a cabo desde el nacimiento hasta los cinco años. Se compone tanto de instrucción uno a uno, como interacciones de padre e hijo así como la educación más formal, como el preescolar. Este tipo de educación es importante para el niño, los padres y la sociedad en general. Debido a los beneficios, el gobierno ha patrocinado varios programas para fomentar la educación, incluso en los niños más pequeños.


Todo esto suena bien si viviéramos en una sociedad donde los valores morales no se hubieran perdido, pero en El Salvador, día a día se puede ver la falta de educación que muchos niños tuvieron en su contacto con sus padres, que quizá ni conocieron.

Es común en este país, conocer personas a las cuales les hizo falta su padre o su madre y por tanto, quedaron para ser educados en el seno de otra familia, en donde sufren maltratos y humillaciones, las cuales los hacen escaparse de casa y quizá nunca volver.
La educación siempre es importante pero si en vez de eso, el niño recibió maltrato, tengan por seguro que ese será un delincuente activo en el futuro.

En los últimos años en El Salvador, a través de diferentes programas sociales, se han logrado integrar a las aulas a miles de niños provenientes de hogares disfuncionales, pobres, y que habitan zonas de alta peligrosidad. Hoy, los útiles escolares son gratuitos y los uniformes también, al igual que el calzado, incluso se les da una cantidad pequeña de comida pero todo esto no sirve de nada si el papá o la mamá no les inculcan valores tempranos para que puedan vivir felices, y con deseos de ser personas de bien.
Los padres deben dar el buen ejemplo y apoyar al niño, controlar lo que hace y deja de hacer y así en unos 20 años, esos niños serán personas de bien que lograrán sacar al país de este subdesarrollo. 



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